martes, 1 de diciembre de 2009

1922: LA MASACRE GUAYAQUILEÑA




NOTA PERIODÍSTICA:


Guayaquil, la ciudad porteña, conmemoró el pasado 15 de noviembre la trágica desaparición de un multitudinario grupo entre: obreros; carpinteros; estibadores; vaporinos; los cuales, a través de una marcha hacia la Gobernación del Cabildo pedían mejores condiciones de vida para todos.

El día martes 14 de noviembre de 1922, un grupo de un poco más de treinta mil obreros se manifestaron a través de una misiva entregada al Gobernador de la ciudad. Su pedido era que dicha carta fuese entregada al entonces presidente José Luís Tamayo y, daban un plazo máximo de veinticuatro horas para su contestación. El escenario político de ese año estaba matizado por convulsionamientos en distintos sectores (La desventura social; el bajo precio del cacao; el paro en las plantas eléctricas y de gas) en fin, todo un escenario de incertidumbre y revueltas sociales.

Aunque al siguiente día el presidente dictó medidas económicas frente a la crisis, nada dijo referente a la situación de los obreros. Esto generó aún más el descontento de los asalariados ya que se habían cumplido las veinticuatro horas de plazo; sin más espera, todos los trabajadores plegaron al paro y se movilizaron hacia el cabildo levantando las voces de protesta. Las acciones represivas no se hicieron esperar y, al poco tiempo de empezado el suceso caían las primeras víctimas que por sus señas en los atuendos eran de la clase obrera.

El saldo del levantamiento de 1922, dejó a más de ochenta personas muertas incluyendo mujeres y niños. La gran mayoría de los cadáveres fueron lanzados al río Guayas. Según Alejo Capelo, el general Enrique Barriga jefe de la zona donde se llevó la masacre afirmó: “Soy yo el responsable de estos terribles sucesos”.


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